Fotografía y Psicología: Conexión Visual-Emocional

  • Cita

    «Si solo ves lo obvio, no verás nada» - Ruth Bernard

  • Lo que vemos

    Cuando vemos una fotografía donde aparecen personas, la mayoría de los individuos inconscientemente se fijarán automáticamente primero en las caras. Buscan allí una primera información emocional de lo que está sucediendo. A partir de aquí y en base a la propia carga experiencial de cada persona se construye un escenario único que puede evocar diferentes tipos de emociones.

  • Lo cotidiano también es bello

    Pasearse por una gran ciudad o cualquier pueblo, supone tener la ocasión de observar y ver el mundo que nos envuelve y dentro de él como funcionamos las personas. A poco que miremos se suceden situaciones y lo ordinario o cotidiano puede convertirse en algo revelador y bello. Pero lo que realmente me atrae de la fotografía es cuando crees haber tomado una buena fotografía buscando algún aspecto concreto y el resultado supera tus expectativas y te muestra algo que no habías visto ni tenias previsto.

Dos disciplinas que se complementan muy bien

La fotografía es, sin duda, uno de los métodos no tan solo de observación y registro del mundo exterior, sino de preservación de información que a lo largo del tiempo puede resultar fundamental para entender nuestro pasado y evolución.
A diferencia de los contenidos en filmaciones o videos, la fotografía, especialmente en aquella que no es de posado, tiene la capacidad de detener el tiempo y permitirnos centrar toda nuestra atención para captar y descifrar detalles que seguramente en una sucesión de imágenes sería mucho más complicado de ver.
Pues bien, la psicología precisa también de métodos observacionales, entre otros, para acceder al conocimiento e interpretación de la mente y conducta humana. El psicólogo debe saber recoger información y analizarla para dar sentido a las diferentes preguntas propias de su disciplina.
Aunque psicología y fotografía podríamos afirmar que tiene objetivos sustancialmente diferentes, comparten ese interés en observar el mundo y a las personas para explicar o transmitir información. Ambas, por tanto, pueden sí coincidir no tan sólo en algunos intereses sino en alguno de sus métodos.
El fotógrafo apunta desde su mirilla y observa el mundo que tiene delante, intentando enseguida crear un marco u orden que puede ya tener marcado como objetivo previo o resultar totalmente inesperado en función de lo que sucede delante de él.
El psicólogo debe también desarrollar su propia mirilla por donde observar a las personas objeto de su trabajo y dentro de éste, las imágenes, resultan también fundamentales.
Sabemos que una imagen es indiscutiblemente más eficaz que mil palabras a la hora de despertar una emoción en una persona. Observar cualquiera de ellas en las que aparezcan situaciones con personas u otros protagonistas, enseguida conforma en la mente del observador un mapa mental que conecta con lo más profundo de sus vivencias y le devuelve una primera interpretación de lo que está viendo. Pero eso, con frecuencia, viene acompañado también de variadas emociones según el contenido visto.
En definitiva, para un psicólogo o un fotógrafo, lo más importante no son las herramientas técnicas de las que disponen, sino en saber trabajar con las emociones de las personas. Para ello es necesario no tan solo mirar sino saber ver, encontrar aquello que es invisible para la propia persona u otros.

“Muchos fotógrafos piensan que si compran una cámara mejor serán capaces de hacer mejores fotos. Una cámara mejor no hará nada por ti si no hay nada en tu cabeza o en tu corazón”
Arnold Newman

Personas, situaciones, emociones

  • La mirada joven
  • Cultura y pertenencia al grupo
  • Amistad y juego
  • Escenificación en la calle
  • Momento con luz y color
  • Reposada añoranza

Cuando observamos una serie de fotografías que muestran a otras personas en diversas situaciones, cada imagen tiene el poder de despertar una gama de emociones en el espectador, reflejando la compleja interrelación entre percepción visual y respuesta emocional.
Al contemplar la foto de una boda, una persona puede experimentar una oleada de alegría y esperanza, recordando sus propias celebraciones felices o anticipando eventos futuros. La imagen de un niño jugando en el parque puede evocar ternura y nostalgia, conectando al espectador con sus propios recuerdos de infancia o con el anhelo de una vida simple y despreocupada. Por otro lado, la foto de la anciana mirando por la ventana puede inducir sentimientos de melancolía o reflexión, despertando pensamientos sobre el paso del tiempo, la soledad o el valor de los momentos tranquilos.
Las emociones desencadenadas por estas imágenes no solo reflejan las experiencias pasadas del espectador, sino también sus deseos, miedos y empatías. Ver una imagen de amigos riendo juntos puede generar felicidad y un sentido de conexión, pero también puede despertar sentimientos de tristeza o envidia si el espectador está atravesando un periodo de aislamiento o soledad.
Desde un punto de vista psicológico, estas respuestas emocionales pueden ser interpretadas a través de varias teorías. La teoría de la resonancia emocional sugiere que las imágenes actúan como espejos que reflejan y amplifican las propias experiencias y sentimientos del espectador. La teoría del procesamiento dual plantea que las fotografías pueden desencadenar tanto reacciones emocionales inmediatas como reflexiones más profundas y conscientes sobre la vida y las relaciones interpersonales.
Además, las fotos pueden servir como puntos de partida para la introspección y el autoconocimiento. Al reconocer las emociones que surgen al ver estas imágenes, una persona puede explorar y comprender mejor sus propios estados emocionales, valores y deseos. Por ejemplo, sentir tristeza al ver una imagen de un anciano puede llevar a una persona a reflexionar sobre sus propios temores sobre el envejecimiento y la soledad, abriendo la puerta a una mayor comprensión y, potencialmente, a cambios en su comportamiento y actitud.
En resumen, la contemplación de fotografías de personas en diferentes situaciones puede despertar una amplia gama de emociones en el espectador, desde la alegría y la nostalgia hasta la tristeza y la reflexión. Estas respuestas emocionales ofrecen una rica oportunidad para la introspección y el autoconocimiento, reflejando la profunda conexión entre la percepción visual y la experiencia emocional.

STREET PHOTOGRAPHY

La fotografía de calle supone una de las modalidades fotográficas con mayores posibilidades para desarrollar la creatividad. Aquí se trata de capturar momentos espontáneos, tal como suceden, e inmortalizarlos sin intervención directa del fotógrafo. Es un escenario donde se producen interacciones humanas y permite analizar aspectos del funcionamiento psicológico social humano, descubriendo detalles que no serian observables si no detuviaramos el tiempo con una instantánea.

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