Libélulas en su hábitat: Belleza natural capturada

  • Curiosidad

    Dicen que tener tatuada una libélula se considera un signo de feminidad (aunque no exclusivo), debído a lo delicados y bellos que son estos insectos. Las libélulas simbolizan, además, la buena suerte, la pureza, la prosperidad, la armonía y la fuerza.

  • Fotografiar libélulas

    Estos insectos ofrecen numerosas posibilidades para ser fotografiados con cierta comodidad si estamos en el sitio adecuado (normalmente cerca de rios, pantanos u otros zonas en las que haya agua dulce). Suelen detenerse en ramas o cualquier poste y toleran bastante bien el acercamiento humano si se hace con calma.

  • Algunos consejos

    Hay que escoger bien las zonas, siempre cerca de lugares con embalses o rios. Mejor disponer de un teleobjetivo. En las fotos presentadas aquí he utilizado un DX 18-140 mm (Nikon). Dado que suelen estar bastante estáticas cuando estan posadas, podemos utilizar una velocidad baja que nos permita optimizar otros parametros como la apertura de diafragma o el ISO, según condiciones.

Unos seres fascinantes

Las ninfas, o larvas de libélula, viven bajo el agua como insectos sin alas. Esta etapa del ciclo de vida de las libélulas puede durar hasta cuatro años en algunas especies.
Durante la etapa de ninfa, las libélulas se mueven rápidamente en el agua expulsando el agua de sus extremos traseros, de manera similar a como se mueven las motos de agua. Las libélulas pueden mover y rotar cada una de sus cuatro alas de forma independiente. Gracias a esta habilidad única, estos insectos pueden volar hacia atrás, arriba y abajo. Pueden girar en el espacio que ocupa una moneda y pueden flotar.
Mientras viven en el agua, las ninfas pasan por una serie de etapas de crecimiento o estadios. Durante cada estadio, las ninfas crecen hasta que están listas para convertirse en adultas. A la temperatura adecuada y con el clima perfecto, las ninfas salen del agua, generalmente sobre el tallo o la hoja de una planta. Luego, mudan su piel y se convierten en un adulto joven.
Son depredadores y se alimentan de mosquitos y otros insectos que pueden atrapar en pleno vuelo gracias a sus habilidades de movimiento y excepcional visión de 360º. Son muy eficaces en la caza ya que raramente fallan cuando detectan y fijan el objetivo. La presa es agarrada por los ganchos que tienen en sus patas y rápidamente sus mandíbulas muy afiladas proceden a devorar el insecto cazado. Suelen empezar por las alas para que no pueda escaparse.
Para el ser humano resultan totalmente inofensivas ya que no pican ni pueden morder la piel de las personas.

Soportando el aire

Ojos y alas prodigiosas

Hay pocas especies en el reino animal que puedan competir e igualar el particular vuelo de la libélula. Tienen dos pares de alas con músculos instalados en el tórax y que pueden trabajar de forma independiente. Esto les permite cambiar el ángulo de cada una y tener una gran habilidad en el aire.
Ya hemos comentado que pueden volar en cualquier dirección, incluso hacia los lados y hacia atrás, y pueden flotar en un solo lugar durante un minuto o más. Esta asombrosa capacidad es un factor de su éxito como depredadores de emboscadas aéreas: pueden atacar presas desprevenidas desde cualquier dirección. Algunas especies pueden alcanzar una velocidad de vuelo cercana a los 30 Km/h.
En general, podemos considerar a las libélulas como unos animales beneficiosos para el hombre ya que son una barrera natural contra la proliferación de insectos dañinos como los mosquitos.
También, su funcionamiento, han inspirado a diseñadores e ingenieros para crear modelos eficientes de vuelo como los drones actuales.

Siempre cerca del agua

Las libélulas son criaturas fascinantes que suelen encontrarse cerca de ambientes acuáticos, ya que su ciclo vital depende estrechamente del agua. Para observarlas, es recomendable buscarlas en las proximidades de ríos, lagos, embalses o humedales, donde suelen volar a ras del agua o posarse en las plantas cercanas. Esto se debe a que las libélulas ponen sus huevos en el agua y sus larvas, conocidas como ninfas, pasan allí gran parte de su vida antes de transformarse en adultas.
En España, un lugar ideal para observar libélulas es el Delta del Ebro, en la región de Cataluña. Este espacio natural único, con sus grandes zonas inundadas por los arrozales y la constante presencia del río Ebro, crea el hábitat perfecto para albergar a estas especies. Las extensas áreas de agua dulce y la abundante vegetación hacen del Delta un paraíso para las libélulas, que encuentran aquí las condiciones óptimas para su desarrollo. Además de su belleza, las libélulas son importantes indicadores de la calidad del agua, lo que convierte al Delta del Ebro en un entorno valioso tanto para la biodiversidad como para quienes disfrutan de la observación de la fauna en plena naturaleza.

Libélulas en el Delta del Ebro

Libélulas en su ambiente

Visita en imagenes el Delta del Ebro

Un refugio natural para las aves

El Delta del Ebro es muy fotogénico por sus vastos paisajes de humedales y arrozales que reflejan el cielo, creando impresionantes espejos de agua. Sus amplias playas de arena, dunas, y lagunas ofrecen una variedad de texturas y colores que cambian con la luz del día. La rica biodiversidad, incluyendo aves como flamencos y garzas, añade vida y dinamismo a las escenas, mientras que la combinación de tierra, mar y ríos proporciona contrastes visuales únicos. Los atardeceres sobre el delta son especialmente espectaculares, bañando el paisaje en tonos dorados y rosados.

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