Naturaleza Salvaje: Imágenes silvestres.
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Cita
"La verdadera belleza de la naturaleza silvestre reside en su capacidad para inspirar asombro y renovar el espíritu, recordándonos nuestra conexión intrínseca con el mundo natural."
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Disfrutar la naturaleza
Las personas disfrutan de la naturaleza silvestre por varias razones. En primer lugar, la conexión con la naturaleza proporciona una sensación de paz y tranquilidad, alejándonos del bullicio y el estrés de la vida cotidiana. Además, la belleza natural estimula los sentidos y promueve la contemplación, permitiendo a las personas apreciar la simplicidad y la complejidad del entorno natural. La naturaleza también ofrece oportunidades para la aventura y la exploración, brindando una sensación de libertad y conexión con algo más grande que uno mismo. En última instancia, la interacción con la naturaleza silvestre proporciona beneficios para la salud mental y emocional, contribuyendo al bienestar general de las personas.
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Fotografiar naturaleza
La naturaleza silvestre ofrece numerosas posibilidades de experimentar con la fotografía. Es importante buscar el encuadre adecuado buscando patrones o puntos de referencia que proporcionen un encuadre atractivo.
Es recomendable aprovechar las mejores condiciones de luz, como las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, para obtener una iluminación suave y cálida. La luz lateral resalta texturas.
Para obtener imágenes nítidas, especialmente en condiciones de poca luz, podemos utilizar un trípode. Esto permite exposiciones más largas sin el riesgo de imágenes movidas.
También debemos decidir la profundidad de campo. Normalmente, en paisajes se busca una mayor profundidad que se consigue con una abertura pequeña. Si lo que buscamos es resaltar en primer plano cualquier objeto y que el fondo quede desenfocado, la apertura del objetivo debe situarse en un valor mayor.
Un mundo lleno de sorpresas
La vida silvestre y los entornos naturales son destinos cada vez más buscados por muchas personas. Son espacios en los que no ha llegado la actividad humana directa, de forma que los ecosistemas se desarrollan de forma totalmente natural, conservando su fauna y flora autóctona.
El auge de las visitas a estos sitios y disfrutar de sus encantos ha venido propiciado por la rápida propagación que muchas personas hacen a través de las redes sociales. Se muestran fotos y la ubicación exacta con lo que cualquiera persona puede acceder fácilmente. Esto en principio es bueno ya que permite que todos podamos disponer de esta información. No obstante, ello tendría que venir acompañado también de unas normas básicas y consejos para mantener estos espacios limpios y fuera de actividades que puedan alterar su frágil ecosistema.
Asesorarse bien antes de las visitas, intentar conocer sus características, su flora, su fauna, también posibles riesgos o peligros dependiendo de la holografía del terreno, el tiempo u otros.
Adentrarse en estos espacios, es entrar en un mundo fascinante donde en cada rincón, en cada árbol, en cada planta, en cada pequeño animal, la vida se nos revela como algo imparable que sigue su ciclo y se va renovando sin cesar. Estos espacios te permiten trabajar con la cámara fotográfica en diferentes niveles, a cuál más atractivo para los que nos gusta la fotografía, desde el teleobjetivo para cazar animales lejanos o acercar parte del paisaje, al macro para no perderse los detalles de pequeños insectos o flores. En todo caso, cada entorno tiene su encanto y la belleza no siempre se descubre a simple vista o puede hallarse incluso en elementos en los que no repararíamos hasta que los vemos debidamente encuadrados y enfocados.
En España disponemos de diferentes entornos naturales que son apreciados por su valor natural y diversidad de flora y fauna, ofreciendo al fotógrafo un marco único para disfrutar.
Dos de ellos son: El Parque Nacional de Ordesa y el Delta del Ebro.
Naturaleza en todo su esplendor
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es muy fotogénico por sus impresionantes paisajes montañosos que incluyen picos nevados, como el Monte Perdido, y valles glaciares profundos como el Valle de Ordesa. Sus bosques frondosos, con una gran variedad de árboles y vegetación, cambian de color con las estaciones, creando escenarios visualmente impactantes. Las espectaculares cascadas y ríos de aguas cristalinas ofrecen reflejos y movimientos de agua que añaden dinamismo a las fotografías. Además, la biodiversidad del parque, con especies de flora y fauna únicas, proporciona elementos naturales singulares que capturan la atención de fotógrafos y amantes de la naturaleza.
Un refugio natural para las aves
El Delta del Ebro es muy fotogénico por sus vastos paisajes de humedales y arrozales que reflejan el cielo, creando impresionantes espejos de agua. Sus amplias playas de arena, dunas, y lagunas ofrecen una variedad de texturas y colores que cambian con la luz del día. La rica biodiversidad, incluyendo aves como flamencos y garzas, añade vida y dinamismo a las escenas, mientras que la combinación de tierra, mar y ríos proporciona contrastes visuales únicos. Los atardeceres sobre el delta son especialmente espectaculares, bañando el paisaje en tonos dorados y rosados.
Otros entornos
Habitantes del mundo silvestre
Los espacios silvestres están habitados por peculiares personajes, algunos de ellos diminutos, pero que despliegan un alarde de habilidades, colorido y funciones básicas para la supervivencia de todas las plantas de su entorno. Mariposas, insectos polinizadores y libélulas conforman parte de esta tropa tan necesaria y útil en su hábitat.